miércoles, 9 de abril de 2025

Por la Ruta de Los Mayas. Parte 1, Tulum (México)

 


En el verano de 2.019 volveríamos al continente americano para hacer un recorrido por el sur de México, Belice y pasar brevemente a Guatemala, siguiendo vestigios de la cultura Maya. La mayor parte de nuestra estancia fue en Belice, donde también pasamos unos días en los cayos, para ver algo de su barrera de coral.

En las ruinas mayas de Tulum

Nuestro itinerario se inició en Cancún, donde llegamos en vuelo directo desde Madrid. Llegados al aeropuerto, nos estaban esperando para hacer un transfer a Tulum, donde llegamos al atardecer. Nuestro alojamiento era un pequeño hotel en Playa Paraíso.

Nuestro alojamiento en Playa Paraiso



La Playa Paraiso, como todo el litoral de la Riviera Maya, estaba ese año invadido por el sargazo, un alga marina cuya descomposición ennegrece el color del agua, desprende un desagradable olor y atrae multitud de insectos.

La Playa Paraiso con el sargazo arrastrado por las mareas

Estábamos en la temporada en que las tortugas marinas se acercaban a la playa para desovar. A lo largo de la playa se podían ver los surcos dejados en la arena al arrastrarse y los agujeros que abrían para enterrar los huevos. El propio personal de los hoteles ponía cuatro estacas para señalizarlos, con una etiqueta con la fecha de la puesta para calcular la fecha aproximada del nacimiento de las crías.

Nido de huevos de tortuga junto a nuestro hotel

Los vigilantes nocturnos del hotel nos dijeron que podían avisarnos cuando una tortuga se acercara a desovar, así que nos levantamos en dos ocasiones para verlas, siempre manteniéndonos a distancia y sin utilizar las cámaras de fotos.

Nos explicaron que las tortugas cada año aparecían con menos frecuencia y antes acostumbradas a adentrarse más tierra adentro, ahora no lo hacían por el ruido, las edificaciones y las carreteras. Pudimos ver como una de ellas, después del tremendo esfuerzo para arrastrarse en la arena, se dio media vuelta y volvió al mar sin hacer la puesta. Esto era algo que también estaban comprobando que ocurría cada vez con más frecuencia.

El Complejo Arqueológico de Tulum se encontraba cerca de nuestro hotel, ubicado sobre un acantilado que da al mar. Hacia el interior, tiene una muralla cuadrangular con puertas de acceso.

Puerta Norte en la muralla perimetral




La ciudad  se llamaba Zamá y fue edificada entre los siglos XIII y XV d.C. Dentro del recinto amurallado no existe ningún edificio piramidal, como en otras ciudades mayas.

El primer edificio al que se llega accediendo desde la puerta norte es la Casa del Noreste y, por detrás, el muro de la Gran Plataforma.  

Casa del Noreste (por delante) y Gran Plataforma (por detrás)

Fachada trasera de la Casa del Noreste

Uno de los edificios más importantes y mejor conservados es la Casa del Halach Uinic, que era  donde vivía el gobernador, primera autoridad de la ciudad. Junto a él hay otro edifico similar, también con columnas, que es El Palacio.

Casa del Halach Uinic



El Palacio

Un edificio más pequeño, pero de los más famosos de Tulum, es el Templo de los Frescos, que tiene dos plantas y conserva en su interior restos de pinturas murales.

El Templo de los Frescos

En la parte más alta de la ciudad y dando hacia el acantilado, se encuentra El Castillo o Templo del Dios Descendente. Se trata del edificio más importante de la fortaleza y tuvo también funciones de faro, además de lugar sagrado.

Los senderos que dan acceso a su parte frontal estaban cerrados el día de nuestra visita, de tal forma que sólo se podía ver parcialmente, por la abertura de una escalinata en el muro que lo rodea.

Fachada frontal de El Castillo

              


En su lateral izquierdo se encuentra el Templo del Dios Descendente, que conserva en su fachada la escultura en estuco de esta deidad.

El Templo del Dios Descendente

El friso con la escultura estucada del Dios Descendente

Rodeando El Castillo, por la parte que da al mar, se tienen mejores vistas de este edificio.

El Castillo visto desde el lado de la costa


La Playa de Tulum que desde el acantilado donde se ubica El Castillo tiene una de sus fotografías más famosas, mostraba un aspecto muy poco fotogénico por culpa del sargazo.



Siguiendo el sendero al borde del acantilado, en dirección sur, se llega a un pequeño edificio que se conoce como "Templo 54", por detrás del cual está la muralla sur y una de sus puertas.

El Templo 54

Continuando el recorrido por la parte alta de la ciudad, nos dirigimos hacia otro de los edificios emblemáticos del complejo arqueológico: El Templo del Dios del Viento.

El Templo del Dios del Viento, sobre un acantilado tras la Playa de Tulum

Este pequeño templo, situado sobre el acantilado, es de forma semicircular y se conserva completo. En su interior, que no se puede visitar, hay un altar.



Por todo el recorrido nos fuimos topando con iguanas que permanecían estáticas aunque la gente se acercara a ellas para tomar fotografías.


Las iguanas, habituadas a la proximidad de las personas, no las rehuían

Algunas veces estaban tan camufladas con el entorno, que resultaba muy difícil distinguirlas.

Iguana camuflada en el muro de una edificación maya

Descendiendo desde el Templo del Dios del Viento en dirección norte, llegamos al último edificio de nuestra visita, la Casa Cenote, que debió albegar uno de estos pozos naturales.
 
La Casa Cenote



En los Cenotes


Terminada nuestra visita a las ruinas de Tulum, íbamos a poner ese mismo día rumbo hacia Belice pero, a nuestro regreso antes de tomar el vuelo de vuelta, volveríamos a pasar otra jornada en Tulum, en la que aprovechamos para pasar unas horas en los Cenotes de Casa Tortuga, que se componen de varios cenotes comunicados entre sí.

Tres Zapotes, uno de los cenotes de Casa Tortuga 

Los Cenotes son formaciones kársticas en las que el colapso del techo de las cuevas a dado lugar a lagunas de agua cristalina. Estuvieron muy ligados a la cultura maya, no sólo porque supusieron el aporte de agua dulce para sus ciudades, sino porque también fueron lugares sagrados y de ofrendas, de tal manera que algunos de ellos contienen restos arqueológicos de gran relevancia.

En los Cenotes de Casa Tortuga, como en muchos otros, estaba permitido el baño y parte del itinerario se hace por agua, pasando de un cenote a otros por conductos kársticos que, a veces, precisaban del buceo pues estaban completamente sumergidos.


El siguiente punto de nuestra ruta por los vestigios mayas será Lamanai, que describo en la siguiente entrada de este viaje.






   

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Por la Ruta de los Mayas. Parte 2, Lamanai (Belice)

  En nuestro itinerario por la Ruta Maya , dejamos Tulum , como cuento en la parte 1 de este viaje, hacia Belice , en un transfer que nos ll...