jueves, 4 de julio de 2024

Sri Lanka, parte 2. Horton Plains, Nuwara Eliya y Polonnaruwa


En esta continuación de nuestro viaje a Sri Lanka, que dejé en la región de Badulla en la parte 1, voy a incluir la visita al Parque Nacional Horton Plains y el trayecto por el centro de la isla hasta la Antigua Ciudad de Polonnaruwa.


Horton Plains y el Acantilado del Fin del Mundo

Para recorrer el distrito de Nuwara Eliya y visitar el Parque Nacional Horton Plains, de nuevo nuestro chófer tomó la iniciativa y nos convenció para cancelar nuestra reserva de hotel en Ella  y cambiar a una ubicación más cercana al parque. El motivo: si uno no quería verse envuelto en la densa niebla que todos los días cubre la meseta de Horton Plains, era necesario madrugar mucho para hacer la pésima carretera de acceso al parque y empezar la marcha justo al amanecer. 


En el camino a Nuwara Eliya paramos en el Dowa Raja Maja Viharaya, un templo con una estatua de Buda de 12 metros, que estaba casi completamente tapada por un andamiaje y con una cueva con techos y parades muy decorados al dudoso gusto budista y una estatua de Buda tumbado dentro de una urna.

Buda Tumbado en la cueva del Dowa Raja Maja Viharaya

Al día siguiente, nos pusimos en marcha mucho antes del amanecer y agradecimos hacerlo en ayunas  A la entrada del parque fuimos recibidos por un ciervo, acostumbrado a que lo alimenten los turistas.



El parque está a más de 2.000 metros de altitud de tal manera que, pese al clima subtropical de la región, por la mañana hace frio. 



Hicimos un sendero circular de unos seis kilómetros de longitud. Se empieza con un  paisaje de pradera de montaña para entrar después en un bosque lluvioso donde se ven magníficos ejemplares de helechos arborescentes.


Chimney Pool
  
 
La vegetación arbustiva puebla ahora el paisaje tras un incendio en el bosque primario

La niebla va tapando gradualmente la visibilidad según avanza la mañana 

Entrando en un retazo de bosque primario


Los helechos arborescentes


Avanzando en el bosque se llega a las Cascadas de Baker, en uno de los ríos que nacen en este parque y recorren toda la isla.


Las cascadas Baker, uno de los lugares más fotogénicos del parque



Saliendo del bosque, el sendero continúa hasta el Acantilado del Fin del Mundo, que tiene una altura de 870 metros. Vas avanzando por una vereda estrecha y, de repente, una estrecha pasarela de madera sin baranda da paso al precipicio. Mejor es no mirar para abajo.



El acantilado del Fin del Mundo

Sin una valla protectora, mejor es no mirar hacia el abismo

Según empezamos el retorno para salir del parque la niebla empezó a cerrarse. Habíamos terminado a la visita a tiempo.




Rumbo a Polonnaruwa

Dejado atrás Horton Plains, retornamos a Nuwara-Eliya, donde empezamos a ver los primeros campos de té y templos hindúes con peculiares moradores.


Campos de té en las laderas de las montañas
 

Templo hindú de Seetha Amman

Monos más amistosos que los de la cascada Duhinda merodean por el templo

En nuestro itinerario está la ciudad de Kandy, la más importante del centro de la isla, donde pernoctamos junto al río Mahawely Ganga

El río Mahawely Ganga desde nuestro hotel

Antes del anochecer visitamos los principales monumentos que se aglomeran en torno al lago Kandy. 

El Templo del Diente de Buda, lugar sagrado y de peregrinación

El recinto amurallado de Natha Devale alberga templos budistas e hindúes 

    

A la mañana siguiente hicimos un recorrido en coche por las colinas de la ciudad y una visita al Jardín Botánico de Perandeniya, con numerosas especies tropicales, orquídeas, aves y murciélagos de más de un metro de envergadura.









La Antigua Ciudad de Polonnaruwa


Desde Kandy nos dirigimos a la Ciudad Santa de Anuradhapura, Patrimonio de la Humanidad, con la estupa Jetavanaramaya, del siglo III d.C. En el trayecto, no nos pudimos sustraer a parar en los numerosos puestos de frutas tropicales: Durián, Rambután, Fruta del Jack,...


 
 



La Antigua Ciudad de Polonnaruwa fue edificada en el siglo XI y también esta declarada Patrimonio de la Humanidad. Fue capital del reino cingalés y hoy día tiene una gran cantidad de edificios muy bien conservados. Hicimos una larga visita prácticamente solos.




  


Algunos de los templos siguen aún abiertos al culto budista y se precisa mantener las normas de respeto.










Con la visita a Polonnaruwa pongo fin a esta entrada y en la parte 3 contaré el trayecto a Sigiriya y el fin del viaje en Las Maldivas





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