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Atardecer en el Lago Llanquihue con el Osorno al fondo |
La parte 2 de este relato de nuestro viaje a La Patagonia terminó con el desplazamiento al aeropuerto de Balmaceda para tomar el vuelo de una hora escasa que nos llevaría a Puerto Montt.
Aquí cogimos un coche de alquiler y nos fuimos a Puerto Varas donde, después de avituallarnos, tomamos alojamiento en una cabaña junto al Lago Llanquihue. La planificación de nuestra estancia en la Región de Los Lagos era la visita a los Parques Nacionales Puyehue, Vicente Pérez Rosales y Alerce Andino.
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Mapa de nuestros itinerarios en la Región de Los Lagos |
Las entradas a todos estos parques las habíamos adquirido por internet antes de iniciar el viaje y tenían su fecha determinada de validez.
En el Parque Nacional Puyehue
Al contrario que en la tarde de nuestra llegada, el día amaneció completamente nublado y amenazando lluvia. Del omnipresente volcán Osorno, con su cumbre nevada, no había ni rastro.
El volcán Osorno, aparentemente tranquilo, se considera que tiene un alto riesgo de entrar en erupción, así que en las localidades próximos hay establecidos protocolos para su evacuación.
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Señal de aviso en la localidad de Las Cascadas, al pie del Osorno |
Sin cambiar nuestros planes, tomamos rumbo al Parque Nacional Puyehue. Teníamos algo más de dos horas de viaje, bordeando los lagos Llanquihue y Puyehue, pero primero hicimos una parada en la localidad de Las Cascadas para desviarnos mínimamente a ver el Salto Las Cascadas.
A la cascada se accede por un sendero dentro de un barranco y se llega a su parte baja. Se sitúa en el río Blanco, que va a dar al lago Llanquihue y tiene una caída libre de 50 metros.
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El Salto de la Cascada |
Continuamos la ruta por la orilla del lago y después nos desviamos al norte para llegar a
Entre Lagos, a orillas del
lago Puyehue. Siguiendo su margen sur llegamos hasta la entrada del parque, en el sector denominado
Anticura.
El tiempo seguía sin aclarar, así que no teníamos una vista del volcán Puyehue, que corona el parque, con sus más de 2.200 metros de altitud.
Hicimos un sendero denominado El Pudú, de 3,5 kilómetros de longitud, que discurre dentro de un frondoso bosque lluvioso siempreverde y en el que hay dos cascadas.
La primera de ellas, llamada Cascada Anticura, es un precioso salto al inicio del sendero.
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Cascada Anticura |
El sendero tiene todo un recorrido ascendente, de algo más de una hora de subida, siempre dentro del bosque lluvioso, hasta que se llega a la segunda cascada, llamada Pudú.
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Mirador de la cascada del Pudú |
Abandonamos el
sector de Anticura y fuimos al sector de
Aguas Calientes a ver los
Rápidos del Chanleufu.
Con esto terminamos las visitas al Parque Puyehue, sin poder ver el volcán que seguía estando cubierto por las nubes. Hicimos el retorno bordeando el lago Llanquihue por el este, pero la carretera se aleja de su orilla y no es nada vistosa. Llegados a Puerto Varas, con el tiempo ya aclarando, estuvimos viendo la laguna La Poza y el atardecer en la orilla del lago, con las vistas del volcán Osorno.
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Laguna La Poza, Puerto Varas |
Los Saltos de Petrohué
Con los
Saltos de Petrohué comenzamos, al día siguiente, la visita al
Parque Nacional Vicente Pérez Rosales, que es el más antiguo del país, fundado en 1.926, y engloba los volcanes Osorno, Puntiagudo y Tronador.
Algunas partes del parque son de acceso libre, como la subida al volcán Osorno, pero otras son de pago y ese es el caso del sector Saltos de Petrohué. Nosotros llevábamos nuestras entradas compradas con antelación por internet.
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Panorámica de los Saltos de Petrohué con el Osorno a la izquierda |
Desde los Saltos de Petrohué hay magníficas vistas del volcán Osorno, de donde provienen los basaltos negros en los que se encaja el río para formar las cascadas.
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Cascadas Petrohué |
Continuando río arriba hay una sucesión de rápidos y saltos hasta llegar al
lago Todos Los Santos, que es donde nace el
río Petrohué. Este trayecto se hace siguiendo la carretera 225, que tiene una serie de miradores en los puntos más pintorescos.
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Salto en el río Petrohué con el pico del volcán Puntiagudo al fondo |
El final de la carretera 225 conduce a la pequeña localidad de Petrohué, lugar muy concurrido en esta época del año, vacaciones de verano en el hemisferio sur.
Tiene un puerto de donde salen cruceros para navegar por el lago y la parte remansada del río hasta llegar a los rápidos y donde se puede comer asado durante la travesía.
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Panorámica del lago Todos los Santos |
Nosotros nos comimos un bocadillo en un merendero a orillas del lago. No digo sentados en él porque los coliguachos, especie de tábano chileno atraído por nuestra sangre, no te dejan parar un segundo por su persistencia. En las caminatas comprobé que si eras capaz de deshacerte de uno, los demás desaparecían durante un buen rato. Un pequeño alivio, porque eran realmente desesperantes.
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El volcán Puntiagudo desde el lago Todos Los Santos |
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Vista desde el Mirador de Todos Los Santos con el volcán Tronador en el centro, muy a lo lejos |
En este punto, termina la visita a esta parte del Parque Vicente Pérez Rosales, que continuará con la ascensión al volcán Osorno, con la que empezará la segunda parte del relato de nuestra estancia en la Región de los Lagos.
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