Desde Monument Valley hasta Page, localidad muy cercana a nuestro siguiente destino, Antelope Canyon, empleamos unas dos horas, circulando por una carretera en muy buenas condiciones.
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Nuestro itinerario entre Monument Valley y Page |
Cañones esculpidos en arenisca
En nuestra travesía por territorio de los Navajo nos ocurrió algo curioso: que, de tanto en tanto, las emisoras de radio con música occidental repentinamente desaparecían y sólo se sintonizaba sonidos de tambores y cánticos indios como en los westerns.
El circular por carreteras tan poco transitadas, en medio de un paisaje tan desértico y desolado, te hace pensar que vas a llegar a lugares despoblados y sin infraestructuras. La realidad es diferente, nuestro hotel en Page era muy moderno y en su entorno había supermercados bien surtidos y restaurantes de comidas variadas predominando, eso sí, la mexicana y la italiana.
Como anécdota divertida, en la recepción del hotel nos regalaron unas chocolatinas ¡por llevar casados 31 años!
En las cercanías de Page hay dos cañones visitables: Upper Antelope Canyon y Lower Antelope Canyon. Nosotros fuimos al segundo. Hicimos la reserva online y, aunque lo recomendable es escoger una hora en que el sol esté bien alto, por la poca disponibilidad de tiempo escogimos de los primeros turnos, a las 9 de la mañana.
Estos cañones son grietas en la roca arenisca donde la circulación del agua de las tormentas ha esculpido gargantas subterráneas profundas y estrechas con unas morfologías muy singulares y a las que la luz del sol da unas tonalidades espectaculares. Uno de los lugares más fotogénicos que se pueda visitar.
Al igual que Monument Valley, está gestionado por los indios Navajo y las visitas son exclusivamente guiadas por ellos. Nos hicieron el traslado en coche desde sus oficinas y, llegado el turno, hicimos un corto recorrido a pie.
A pesar de ser temporada baja, encontramos muchos visitantes, pero el descenso al cañón estuvo bien organizado en pequeños grupos y no se formaron aglomeraciones.
Sobre una superficie de roca plana, sin vegetación alguna, llegamos a una estrecha grieta en la que hay instaladas escaleras para bajar.
Entrada a Lower Antelope Canyon |
Escaleras al inicio del descenso al cañón |
Junto a las empinadas escaleras, se podían ver tallados en la roca los huecos que servían para el acceso antes de transformarse en atracción turística de masas.
Antiguos escalones esculpidos en la roca |
No se precisa descender hasta el fondo del cañón para empezar a percibir la variedad de formas esculpidas por el agua y el viento en la roca y de tonalidades por la incidencia de la luz del sol.

A pesar de la hora temprana, tuvimos la suerte que amaneció un día con el cielo limpio de nubes y un sol radiante que iluminaba las paredes del cañón.
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El azul del cielo desde el fondo del cañón |
Una vez terminado el descenso por las escaleras de todo el grupo y dejando un tiempo para separarnos del precente, comenzamos a recorrer la garganta.
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Nuestro guía, a la derecha |
El grupo parado ante la silueta que semeja al rey león |
Detalle de la silueta "The Lion King" (El Rey León) |
No siempre es posible visitar el cañón. Cuando hay aviso de tormentas o ha habido precipitaciones abundantes, las visitas son canceladas debido a que los cañones se inundan muy rápidamente. Los días nublados o al atardecer, la visita resulta menos atractiva por la falta de contrastes luminosos.
Después de las lluvias, se precisa hacer una limpieza de todas las ramas y restos de vegetación que taponan la garganta.
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Una rama marca el nivel del agua en una inundación |
A lo largo de una hora que dura aproximadamente el recorrido, el guía nos fue parando en los puntos más adecuados para buenas fotos, que él se ofrecía a tomarnos, además de ir explicándonos muchos aspectos de la historia y cultura de su pueblo. Tuvimos la suerte de llevar en nuestro grupo una hispano hablante que nos ayudó como traductora.
De las formaciones más afamadas es la conocida como Gardian Angel.
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Gardian Angel (El Ángel Guardián) |


Aunque la garganta en algunos tramos es estrecha, el piso arenoso siempre es plano y la caminata resulta muy fácil. Como se puede ver por nuestras vestimentas, aquí hacía tanto frío como en el Gran Cañón y en Monument Valley.
Además de las formas curiosas, como The Smiling Shark (el tiburón sonriente), se recorren arcos y se pasa junto a olas de roca encrespadas.
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The Smiling Shark (El Tiburón Sonriente) |
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Posando bajo un arco |
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Una bóveda natural |
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Mar encrespado |
Después de tomar decenas de fotos, llegamos al final del recorrido, que es longitudinal y subimos al exterior por unas escaleras similares a las de la entrada. A la salida nos mostraron la huella de la pisada de un dinosaurio.
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Huella de pisada de dinosaurio en la arenisca |
Terminada la visita, teníamos por delante otras buenas horas de carretra, poniendo rumbo al suroeste. Los compañeros de grupo nos recomendaron que hiciéramos una breve parada en el Mirador del Horseshoe Bend, un meandro en el Río Colorado, otro de los lugares más fotografiados de Arizona.
En este caso, los indios navajo gestionan el parking que es paso obligatorio para el mirador. El pago es ineludible.
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El acantilado del meandro |
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Posando en el mirador del Horseshoe Bend |
Desde aquí, esta jornada ya fue todo carretera, íbamos hacia la última parada de este largo viaje, para ver las sequoias gigantes en el Parque Nacional Kings Canyon, lo que contaré en la cuarta entrada dedicada al suroeste de los Estados Unidos en invierno.
Información práctica
Tour al Lower Antelope Canyon: Kent`s Tours (reserva online, $75 por persona)
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