Jordania es un pequeño país que reúne suficientes alicientes para incluirlo entre mis destinos favoritos: Naturaleza e Historia
Después de posponerlo durante muchos años, por fin hicimos este viaje a finales de verano de 2.018. Es un destino que se ajusta a mis gustos, ya que es posible hacerlo a tu aire, en coche de alquiler - los jordanos conducen razonablemente bien - y en cortos desplazamientos se pueden ir combinando visitas culturales y los espacios naturales poco masificados.
Hacia el desierto de Wadi Rum
Fuimos en vuelo directo desde Madrid a Ammán, que se encuentra en el Norte del país. Allí pasamos la primera noche y a la mañana siguiente pusimos rumbo al Este siguiendo la carretera 40, en la Ruta de los Castillos del Desierto. Según avanzábamos por un paisaje completamente desértico, íbamos viendo las señales de carretera que nos indicaban la proximidad de la frontera con Iraq que, afortunadamente, ya había dejado entonces de ser noticia por la guerra. Esta ahora estaba en el Norte, en Siria.
De los Castillos del Desierto visitamos Quasir Amra, una fortaleza del siglo VIII famosa por sus frescos, que es Patrimonio de la Humanidad. En su restauración se seguía trabajando cuando la visitamos, por un equipo de arqueólogos italianos, con fondos de la UE.
restos de la fortaleza Quasir Amra, siglo VIII d.C. |
Para tomar la carretera 15 hacia el Sur tuvimos que desandar el camino y volver a las cercanías de Ammán. Aquí se toma una autovía que se encontraba entonces en obras y el avance fue muy lento. Al atardecer llegamos al Área Protegida de Wadi Rum. En Wadi Rum Village se pueden contratar las visitas guiadas gestionadas por los beduinos. Allí dejamos nuestro coche y nos subimos al 4x4 del guía que nos llevó al campamento donde pasamos la noche.
Wadi Rum es un desierto de arena entre montañas de granito y arenisca, situado a 1.600 metros de altitud, donde la acción eólica ha esculpido formaciones rocosas de curiosas morfologías.
Buena parte del itinerario lo hicimos a solas, siguiendo las indicaciones del guía, que a lo largo de la jornada nos preparó un té al puro estilo de beduino y un almuerzo resguardados a la sombra en una grieta de la montaña.
Después de alguna caminata más por las arenas doradas, terminamos nuestro recorrido viendo los petroglifos de hasta más de 3.000 años de antigüedad cincelados en las paredes de una angosta garganta.
Los petroglifos |
Snorkel en el Mar Rojo
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Playa en el mar Rojo, junto a Aqaba |
Desde la propia playa del club se accede directamente al arrecife de coral, que nos sorprendió por la transparencia del agua, sus vivos colores y la variedad de peces. Con respecto a otros lugares en que hemos hecho snorkel, la ventaja de Aqaba es que no necesitas desplazarte en embarcaciones al arrecife y puedes realizar todas las inmersiones que quieras sin límite de tiempo ni riesgos de corrientes que puedan arrastrarte.
Desde aquí ya tomamos rumbo al Norte, para visitar Petra, el Mar Muerto y Jerash, que describo en la entrada Jordania, parte 2.
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